Por qué hacemos lo que hacemos?
Pienso que estamos viviendo en esta profunda crisis mundial que ya hace mucho socava -silenciosamente- el lecho y los cimientos de nuestras vidas cotidianas: La pandemia, las sequías, las guerras, el calentamiento global y el avance de las ultraderechas que cercenan derechos adquiridos, censuran la cultura y aumentan la grieta entre ricos y pobres.
Vivimos el desmoronamiento y el caos e intentamos sobrevivir, reaccionamos e intentamos volver a nuestra vida cotidiana pero, secretamente, la desolación y el desamparo nos habitan, estamos amenazados y perplejos.
Reaccionar es dejar que la “matrix” nos gobierne. La primera dificultad es pensar, imaginar un futuro para poder crear un presente; crear una respuesta es necesario y tal vez urgente.
Pienso que el arte nos muestra otras posibilidades. Durante el tiempo de entreguerras y luego con la llegada del nazismo, en una Europa en ruinas surgieron los movimientos artísticos que fundaron el arte contemporáneo. Los artistas encontraron en su quehacer un excelente medio de manifestación y una forma de hacer y mostrar su visión del futuro. Crear fue una forma de vida.
El cabaré Voltaire su primer espacio de encuentro; allí se realizaron las primeras performances, conciertos dadaístas y experiencias creativas.
Por dar unos ejemplos: en las Artes Plásticas aparece el Surrealismo, André Bretón, Picasso, Dalí. En las artes dramáticas: Artaud con el “Teatro y su doble”, al que seguirán los grandes nombres de Grotowski con el Teatro Pobre, Kantor y el Teatro de la Muerte.
En Danza, Kurt Joss quita todo decorado, pone cortinas negras en las paredes, máscaras en los bailarines, así inaugura el teatro-danza, Pina Baush se forma con él.
Cito a John Berger: “No puedo decirte qué hace el arte y cómo lo hace, pero sé que a menudo el arte ha juzgado a los jueces, vengado a los inocentes y enseñado al futuro los sufrimientos del pasado para que nunca olviden. Sé también que los poderosos le temen al arte, cualquiera sea su forma, y que esa forma de arte corre entre la gente como un rumor y una leyenda porque encuentra un sentido que las atrocidades no encuentran, un sentido que nos une, porque es finalmente inseparable de la justicia. El arte, cuando obra de ese modo, se vuelve un espacio de encuentro de lo invisible, lo irreductible, lo imperecedero, el valor …”
Creo que las herramientas de la creación artística y la actitud que las acompañan en tanto búsqueda, exploración y descubrimiento son una ayuda hermosa en un proceso de transformación e integración humana. Y es hacia allí donde vamos.