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MOVIMIENTO AUTÉNTICO
Y CREACIÓN
Andrés Waksman

Conocí el Movimiento Auténtico en el año 2002, de la mano de Betina Waissman, en un curso intensivo de varios días dentro del Programa Sat de Piscoterapia Integrativa dirigido por Claudio Naranjo. Yo venía del mundo de las artes escénicas, primero el teatro y luego la danza, y buscaba un algo más que me trajo a España a trabajar con Claudio.

Desde que conocí esta disciplina hay algo en mi vinculación con ella que trasciende la palabra. He oído a muchas personas decir que en esta práctica se vuelve a casa, comparto esta sensación y añadiría que en esta práctica estoy en casa.
La transmisión de Betina me resultó profundamente inspiradora, desde el inicio me sentí cómodo en la práctica, y muy pronto fui convocado a colaborar en el Programa Sat facilitando MA.

Si bien fue pronto para el tiempo de práctica que yo llevaba, con la supervisión de Betina acepté la aventura y a día de hoy diría que soy un practicante de MA que comprendió y practicó esta disciplina facilitándola. Me sentía tan en casa y todo me era tan familiar que pronto se convirtió en un espacio fundamental tanto en mi trabajo como en mi vida.

Empecé a percibir que en MA había momentos en que la verdad y la poesía acontecían y me traspasaban, como una suerte de belleza efímera y espontánea que se revelaba sin pretender nada, a diferencia de los procesos de creación que siempre buscan como resultado la obra de arte.
A su vez mi mirada artística se cruzaba por delante de mi mirada de testigo, veía constantemente cuadros, pinturas, poesías, danzas, así que decidí comenzar a investigar con el MA como práctica para generar material escénico, al mismo tiempo que seguí facilitando grupos de MA con la sola intención de practicarlo.

En la primera fase de esta investigación estuvimos un tiempo largo trabajando por igual con ojos cerrados y con ojos abiertos. Me parecía importante impregnarse de aquellos estados de escucha y conexión que facilitan los ojos cerrados, para luego abrirlos y manteniendo esos estados trabajar en la creación.

Está claro que quien se mueve con ojos cerrados vive una experiencia donde no hay conciencia plástica o espacial de lo que allí ocurre, está con su vivencia y su percepción de lo que ocurre alrededor.
La experiencia de ver y sentir cambia totalmente al abrir los ojos, sin embargo al estar conectados con el campo abierto dentro del círculo, su magia puede permanecer. Entonces el trabajo de investigación consistió en unir esos dos campos de experiencia, que aquel material que surgía para manifestarse y expresarse sin finalidad específica con ojos cerrados, fuese susceptible de ser intervenido y esculpido en el espacio con ojos abiertos.

Fue así como desarrollé lo que hoy llamo círculo de creación, que se construye sobre las mismas premisas que un círculo continuo, pero con ojos abiertos. He ido descubriendo y desarrollando una serie de pautas para este trabajo, en donde todos somos testigos y movers a la vez, y es importante estar disponible y al servicio de la creación. Entrar y salir del círculo no ha de ser una decisión basada en la motivación personal y de alguna manera el movimiento de entrega se desplaza, seguimos dejando, como dice Chantal Maillard, que el mí se duerma para que las cosas encuentren sus pasajes, pero la entrega es al acto creativo.

El primer proyecto dónde empecé a investigar y desarrollar este trabajo se llamó Azul Petróleo. Era el año 2008 y convoqué a un grupo de hombres, bailarines, actores y músicos con el fin de crear una pieza de danza teatro.
A lo largo de nuestro proceso de búsqueda, algunos días concretos abríamos las puertas a que vinieran otros hombres a participar del trabajo. En aquella época aún no existían los grupos de hombres que hoy son tan comunes, y se empezó a fraguar un espacio de hombres en movimiento que duraría años y sería inspiración para muchos.

Así que teníamos simultáneamente varias líneas de trabajo, la investigación que llamé del Movimiento Auténtico a la performance, la novedad de hombres trabajando juntos con el cuerpo y el arte, y el proceso de creación de Azul Petróleo.
En los círculos de creación ocurrían escenas y danzas profundamente bellas y sanadoras entre nosotros. Vi la utilidad de poner un tema, marco o imagen aunque no siempre fuera necesario, y había uno que era claramente el más potente: los hombres de la familia. Estos círculos generaban unos tejidos tan ricos como complejos y fueron un material fértil para lo que luego fue la pieza.
El trabajo quedó documentado en el video AZUL PETRÓLEO, del Movimiento Auténtico a la Performance https://vimeo.com/80393891, y la pieza se presentó exitosamente en Barcelona y Montevideo.

Siempre digo que MA es el espacio Cero, el origen, el lugar donde volver, donde descansar, donde estar, donde no hay objetivos, nada que hacer. En los procesos de creación nos llenamos de imágenes, y en MA podemos vaciarnos.
Con los años veo el Círculo en mi espacio, y lo concibo como un lugar que siempre está ahí, visible o invisible, que convoca periódicamente a sus practicantes quienes se vinculan con un lenguaje común en un ritual donde dejamos que las cosas sean. Sin empujar ni frenar. Que todo sea.

Las comprensiones que me dio esta práctica me han permitido impregnar de su espíritu tanto mis clases de danza como mis espacios de creación. Hay una manera de acompañar los distintos trabajos que no necesita de la forma de MA, pero yo sé que el fondo está ahí.
Y también ocurre al revés, me gusta realizar antes de lo que es la práctica propiamente de MA, un trabajo de preparación en que los participantes tengan un contacto profundo y sutil con su cuerpo. De alguna manera generar un espacio donde se abran la escucha y la disponibilidad a las distintas capas y zonas del cuerpo.

Dos aspectos para mí relevantes en esta práctica son el trabajo con la palabra, y la figura del testigo.
En relación a la palabra, yo diría que me he ido especializando en transmitir la importancia que la palabra sea fiel a la experiencia. Cuando las personas hablan de su experiencia muchas veces me dedico a limpiar lo que no, todo lo que se dice y que no es realmente lo que la persona vivió. Observo el vicio de interpretar la experiencia en lugar de nombrarla, veo que muchas personas asisten a terapias que son altamente interpretativas y que aprenden a trabajar sobre sí mismas de esa manera. Y veo lo importante y conmovedor que puede llegar a ser nombrar con claridad lo que uno vive.
Sin más ni menos.

En relación a la figura del testigo quiero destacar una experiencia en particular. En el trabajo de Azul Petróleo, veíamos claramente como cambiaba la relación con la mirada externa al abrir los ojos. Ese descanso que nos ofrecían los ojos cerrados desaparecía, y aparecía aquella necesidad de aprobación por parte de la mirada externa, en este caso del público.
Así que les propuse una experiencia: teníamos una residencia en La Caldera, una fábrica de creación, donde debíamos hacer una presentación a público al final de este proceso. Ese día, luego de la presentación ninguno de los participantes podría preguntar a nadie del público ¿Te gustó? ¿Qué te pareció? Es decir, que nosotros en tanto que intérpretes dejábamos al público con su experiencia como testigos de lo que allí ocurrió. Fue incómodo, interesante y muy divertido, aquellos silencios y miradas, y sobre todo profundamente liberador pues a partir de entonces siempre le doy al público el lugar de un testigo.

Algo fundamental que desde mi perspectiva ofrece también esta práctica, es una vía amable y respetuosa de experimentar una ampliación de la experiencia de lo que llamamos yo y la facilidad de acceder al no yo. Nuestra manera de funcionar en el cotidiano suele ser bastante repetitiva y automática, y nos movemos en un abanico muy estrecho de posibilidades. En cuanto el registro corporal se amplifica, el abanico se despliega y se da la posibilidad de ampliar y enriquecer ese pequeño repertorio del yo. Y cuando esto ocurre desde el cuerpo y en el cuerpo, en mi experiencia es más eficaz que desde lo cognitivo.
En cuanto al no yo, a todo lo que no identificamos como yo, a ese espacio enorme y misterioso que se abre cuando cerramos los ojos y entramos al círculo, me resulta simplemente apasionante. Y aquí el paralelismo con la creación es total, ya que la creación es un acontecimiento profundamente misterioso.
Cuando nos encontramos en el círculo de creación antes de comenzar, suelo decir que se trata solamente de escuchar y responder a aquello que pide ser creado entre quienes estamos aquí presentes hoy, a lo invisible que reclama volverse visible. Sin olvidar a Roberto Juárroz cuando dice que lo visible es un adorno de lo invisible.
Recordando también que en este espacio todo es posible, incluso lo aparentemente imposible, puesto que creamos lo que no somos, (Hugo Mujica), es decir, no entramos al círculo a repetirnos sino a des-cubrirnos, y todo lo que no somos se vuelve susceptible de ser, y de sernos.

Ya son más de 20 años vinculado a esta práctica, y lo he ofrecido en diferentes formatos, fines de semana intensivos, encuentros semanales, quincenales, espacios introductorios y de profundización, en el programa Sat, y junto a Betina en nuestro programa Círculo de práctica y didáctica. Normalmente los grupos son de unas 20 personas, para mi este es un buen número, a veces un poco más o un poco menos.

Podría afirmar que no soy alguien que le guste repetir propuestas, me gusta renovarme, y considero que el espacio de MA se renueva solo, me renueva a mí y más allá de mí.
A su vez observo que el camino abierto entre el MA y la Creación es un camino fértil con recorrido aún por transitar.

Agradezco a los caminos de la vida el lugar de coordinador de MA, y me honra ser testigo de todo lo que allí acontece. Siento un profundo agradecimiento a Janet Adler por toda su aportación, y a Betina Waissman por su transmisión, acompañamiento y complicidad. Y a la propia práctica como fuente generosa e inagotable de presencia y conciencia.

El movimiento es búsqueda
La danza, encuentro.

Andrés Waksman / Agosto 2024
*El trabajo de Movimiento Auténtico y Creación solo lo imparto dentro del Programa Círculo MA, y en los módulos de profundización que ofrezco para ex alumn@s de este programa, y del Postgrado en Cuerpo y Arte.