Tras la experiencia mundial del confinamiento un trabajo profundo de cuerpo va a tener unos efectos secundarios muy positivos, es muy necesario gestionar nuestras experiencias mediante el lenguaje danza y expresión física.
El trabajo consiste en unificar y ampliar la conciencia y la relación con nuestro uso del cuerpo y mente. Atendemos el cuerpo y la emoción a través de reflexiones físicas, (preguntas, pautas ejercicios, improvisaciones) entrenar y practicar, sentir, explorar y descubrir. Es poesía efímera. Es danza.
Las propuestas se inspiran y se basan en varias técnicas del género de la danza contemporánea (la improvisación de contacto, improvisación y composición, feldenkrais, Bmc etc. También en metáforas y en la vida misma).
Es un trabajo físico que cuestiona y desafía la gravedad, el uso del peso, centro, el contacto con tierra, las texturas del cuerpo, los límites y la relación con el otro.
Se propone un trabajo físico, que fortalece la musculatura y alinea el cuerpo, estimula la mente, la imaginación y la concentración. Improvisando, tenemos en cuenta focos como: el espacio, la composición, el tiempo, la musicalidad, practicar observar/ser observado, capacidad de decisión y confiar en el cuerpo y la intuición.
Con o sin experiencia previa, desde las posibilidades de cada persona, se puede trabajar profundo las propuestas.