Cinco días, cinco direcciones.
Una unidad, el cuerpo.
Generamos un espacio donde el cuerpo pueda ejercer entre ideas y sensaciones.
Donde pueda danzar ejercicios y abrir espacios para la improvisación.
Saboreamos el misterio de todo aquello que se escapa de los nombres, a través de
esa otra comprensión que ofrecen el cuerpo y el movimiento.
Un ensayo basado en ideas sobre el número cinco.
Cuatro puntos revelan un quinto punto, el centro.
Uno mismo, en el espacio. Uno mismo, en el tiempo.
Ese quinto punto como la unidad entre los puntos cardinales.
La columna vertebral donde acaba y empieza la dualidad que se crea entre un lado
y otro, el espejo de esa dualidad. El espacio entre el arriba y abajo, la relación
entre el afuera y adentro.
La brújula es uno mismo.
La idea de que somos esa misma dualidad, esa misma relación, ese mismo centro.
Somos simultáneamente femenino y masculino.
Somos una unidad de una infinidad de cosas.
Y todo esto entrenamos e investigamos bailando y moviendo.